La estación de las flechas, Samuel Stento / Guillaume Trouillard

Una oda al humor absurdo envuelto en un ropaje pop, no muy diferente de las 4 Botas de hace unos días. No intentéis buscarle lógica al argumento ni a las sucesivas reinterpretaciones de las imágenes y los textos. Os podéis volver locos. No en vano la editorial se llama Sins entido.
De qué va? Una pareja de abuelos se compra por correo una auténtica lata de indio. Se lo trae un camión de Gefco al que dedican dos páginas enteras. ¿Qué es una lata de indio? Un lucrativo negocio por el que un visionario del siglo XIX comenzó a recolectar y meter en frascos de conserva a los indios del oeste americano para preservarlos de la extinción y que se convirtieran en el mundo actual en las nuevas mascotas. Ponga usted un indio en su vida!!!!
Los abuelos son afortunados y les sale una familia entera de sioux con su teepe (aunque luego resulta que son apaches), a los que adoptan y tratan de crear un hábitat amigable. Como no son muy comunicativos, les ponen nombre, lo que no impide que se desaten las hostilidades, pues los indios se dedican a cazar bisontes en el salón de su casa y montar una canoa con el armario para navegar por la bañera.
Pero claro, al final los lazos se estrechan. Luchan mano a mano contra unos buscadores de oro que habían descubierto una pepita en el fregadero, celebran sus ceremonias de paz en la salita fumando en pipa e incluso adoptan los ropajes típicos de cada tribu.
Conforme la casa va creciendo hasta hacerse tan grande como el Oeste, el pérfido gobierno se da cuenta de que esta versión subversiva de los monos marinos son inmigrantes ilegales y quieren echarles del país. Así, todos los propietarios de indios se unen para una última cabalgada mientras son tiroteados por los agentes encorbatados del gobierno.
Y da igual que os haya contado el argumento. Sospecho que, con cada relectura, la historia cambia delante de tus ojos.