El descacharrante cine de Pajares y Esteso, Víctor Olid
La risa jamás sobra. Por muy zafia, simplona y carente de gracia que sea, si te provoca un leve espasmo en el pecho y un pensamiento optimista, bienvenida sea.
La legión de ofendiditos que galopa allende los muros de nuestras casas aprendieron pronto lo que era la calidad cinematográfica con el cine de Tarkovski, Kurosawa y Kiarostami, y jamás pudieron sorprenderse con un tipo de cine que provocaba vergüenza ajena -antes menos que ahora- pero que en su día movía a las masas al cine para reírse con las rimas fáciles, las tetas al aire y los chistes malos de este singular dúo de humoristas formado por Andrés Pajares y Fernando Esteso.
Lo que podía considerarse un placer culpable -ríete de los bombones con licor, Mon Cherie- alimentó noches y noches de televisión pública en los 80 y bien entrados los 90 -Tele5 tenía abono de temporada- y a los que nos tocó en suerte adolescencia, videoclubs y cadenas privadas, nos proporcionó conocimiento femenino bajo el arúspice consejo del ininteligible parloteo de Antonio Ozores y sus sempiternas gafas de concha.
El libro no deja nada a la imaginación y hace un repaso exhaustivo con carteles y fotogramas de los clásicos de la pareja (Los bingueros, Yo hice a Roque III, Los chulos...) así como de sus actuaciones en solitario tanto en el cine cómico como en el serio. Por sus páginas pasa esa galería de secundarios cuyas caras nos suenan como la de nuestro tío, Juanito Navarro, Saza, Alfonso del Real, Emma Ozores, África Pratt, Azucena Hernández, Florinda Chico, Adriana Vega, Quique Camoiras y tantos otros que me dejo por aquí.
Es este un ejercicio de nostalgia, de esa que no conviene olvidar a riesgo de perder aquello de donde provenimos, por mucho que nos avergüence ahora.