Donde se habla, La Polla Records

28.11.2021

Uno de los grandes problemas de escuchar a los grupos punkis vascos de los 80 es el tema de la política, de ETA y su ataque sistemático a la policía y el ejército. Sus letras están plagadas de referencias al terrorismo y la violencia policial, y a mí, que me gusta cantar alto y fuerte, a veces tengo que callarme porque, lo que no deja de ser una canción con la que puedes estar más o menos en desacuerdo, puede sonar muy mal a oídos no acostumbrados a la jerga.

Y claro, mientras sea el Salve Regina (la iglesia), el Come Mierda (alimentos procesados) o El congreso de los ratones (la clase política) no hay mucho problema, pero cuando comienzan con el Tope Bwana (los negros), Era un hombre (la policía) o Sin país (el nacionalismo), las malinterpretaciones son fáciles de encontrar (sic).

Por eso, cuando descubrí el Donde se habla (1988) allá por el 90 me sorprendió la cantidad de palos que repartían hacia todos los conflictos sociales que hoy en día siguen vigentes. Ejemplos; Canarios y jilgueros (la esquizofrenia); Ocho mariposas (la homofobia contra las mujeres homosexuales); El animal sin nombre (la homofobia contra los hombres homosexuales); Conejas y gallinas (la prostitución); El perro salvaje (la ira como una forma de ansiedad); Confusión y Escorpión (la drogadicción y sus consecuencias); El cerdo (contra los que viven del cuento); Ciervos, corzos y gacelas (los celos); Las hormigas (la alienación del ser humano).

Todo ello con un aspecto visual y técnico muy trabajado, con imágenes que imitaban las iluminaciones medievales y el tarot inspirados en "El nombre de la rosa", y con una canción final que era una auténtica delicia cuando la escuchabas en el disco: "Todos los animales privando juntos en el bar". En cada altavoz se escuchaba recitado por Evaristos sendos textos de un libro de William Burroughs (El exterminador), donde se ironizaba con las formas de control que el estado y el capitalismo tiene sobre la sociedad, dispuesta a idiotizarla para que "todo vaya como una seda".

Y una anécdota para terminar. Durante mucho tiempo se dijo que "El avestruz" es una canción dedicada a Eskorbuto a raíz de un incidente que tuvieron en un concierto, cuando parece ser que les robaron una guitarra. Pero en realidad esta canción que habla de cobardía y esconderse bajo el ala protectora de la familia es una versión del First Time de Boys.

Bitácora Perversa
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